Archivo de 25/11/2011
¡Cambios positivos!
No ha sido culpa de no tener cosas para decir que he estado tan silenciosa durante estos días, ha sido por falta de tiempo. Las últimas semanas han traído cambios en todo los planes y en las fechas de mis próximos dos retos en el RU para Foodbank, en las fechas de mis cursos ejecutivos en Dubai para CSMC. Todos los cambios de fechas son positivos, ya que han abierto posibilidades para más proyectos durante los próximos 12 meses.
Mis próximos dos desafíos serán en abril y septiembre, y prometen ser eventos de verdad espectaculares, a parte claro, de ser retos durísimos para mí. En enero organizaremos una jornada deportiva (tendréis los detalles en la web la semana que viene). Después en febrero daré los cursos ejecutivos en Dubai. En mayo organizaré viajes de desarrollo personal de 5 días para grupos de mujeres del UAE aquí y en Grecia. Todo esto mientras escribo mi próximo libro…y esto será solo los primeros 9 meses del 2012.
Con entrenamientos para los retos, y preparación para los programas y cursos, junto con mi libro, no tengo dudas de que 2012 será un año inspiracional de desafío en todo y que me llenará de satisfacción.
El sábado pasado tuve el honor de recibir uno de los premios “Fem Pinya” de ASEM Catalunya, la fundación que apoyé con mis retos durante el año pasado. Recibí el premio por haber recaudado fondos y ayudado en la conciencia social. ASEM es una fundación nacional para gente con enfermedades neuromusculares. Fue una noche estupenda, lo cual compartí con Siscu, con nuestros amigos de ASEM y con varios dignatarios de BCN. La energía positiva y la calidez que hemos compartido con todos las personas que hemos conocido en ASEM fue lo que dio el toque más especial a la noche.
Con mis kilometrajes subiendo ahora, salgo para kilometrar mis primeros 40 kms después de mis 315 km…
¡A Kilometrar!
Otro tipo de preparación
Durante estos días no he tenido mucho tiempo para escribir aquí. Esto no es por falta de cosas para decir – yaaaa me conoceis suficientemente bien, y sabeís que casí nunca me faltan las palabras.
Pero estoy metido ahora 100% en la preparación para mis programas ejecutivas para CSMC en Dubai. Iré la semana que viene y empezarán al final de mes. Allí estaré durante un par de semanas.
Es otro tipo de preparación para otro reto. Como siempre estoy muy motivada para ello, y quiero estar muy preparada para hacer lo mejor que puedo – ya sabeis siempre busco la excelencia personal.
Disculpa mis pocas palabras pero muy pronto estaré de vuelta con todo mi conversacíon como siempre!
A Kilometrar!
Los 315 km vistos por uno del equipo
Como he prometido hoy esta entrada esta escrito por Vilaprat – parte de mi equipo y sobre todo un gran amigo.
Alexandra Panayotou ha vuelto a lograr una hazaña sobre humana. Correr 315 km sin parar, desde Salisbury hasta Norwich. Yo tuve el honor de poder formar parte de su equipo de soporte durante este reto. Mucha gente, a través de Facebook, el blog o personalmente que felicitaban a Alex también nos felicitaban a nosotros, a los integrantes del equipo.
Pero… ¿qué hace el equipo de soporte? ¿Cuál es su importancia?
Nuestra misión era nutrir, hidratar, animar, rebajar la incertidumbre y dar seguridad a Alexandra. Durante un reto de estas características hay muchos factores que hay que tener controlados, o cuanto menos acotados, para facilitar que sea un éxito. Empezando por la ruta, y más en este caso que no conocíamos absolutamente nada y era en Inglaterra, donde se conduce por el otro lado. Había que tener un especial cuidado a la hora de cruzar calles o rotondas. Cuando se llevan muchas horas de esfuerzo, el deportista, tiene dificultades para racionarse la nutrición y, casi siempre, incluso de alimentarse o hidratarse correctamente. Nuestra función era dar la comida a las horas pautadas. Cuando empezaron las dificultades para ingerir alimentos, buscar fórmulas alternativas para que siguiera comiendo. También llevar un control sobre la ingesta de isotónico es fundamental.
La parte motivacional es, a veces, complicada y hay que conjugar los gritos de ánimo con las charlas motivacionales y a veces alguna regañina. Por ello tiene que haber una gran compenetración entre los miembros del grupo entre sí y entre equipo y atleta.
Pero el equipo va más allá de las tres personas que la acompañamos en esta ocasión. Hay la gente que está detrás del reto, que no salen en la foto pero que su trabajo es fundamental, como Xavier Varias “V”. Sin su ayuda no habríamos podido tener controlado en cada momento como estábamos yendo de ritmo. Gracias a él pudimos corregir el ritmo al amanecer del segundo día – pasada la primera noche -. Debido a una serie de problemas intestinales de Alex y al frío intenso tuvo que parar varias veces por razones obvias y perdimos mucho tiempo. Al ver que estábamos retrasándonos mucho en nuestra escala de tiempos Alexandra forzó y recuperó el tiempo perdido.
También Estefi, gracias a sus mapas, la comunicación con la gente, sobre todo con los españoles, permitieron que entendieran donde nos encontrábamos en cada momento.
La parte de compenetración entre los miembros del equipo y la atleta es muy importante. Saber en todo momento que se espera de ti y adelantarte a las necesidades de la atleta es fundamental. Acortar al máximo las paradas para recargar agua, dar los bocadillos o el isotónico fue, en un momento dado vital.
Una parte muy importante para conseguir esta compenetración y coordinación la conseguimos durante los entrenos largos. No es algo que se pueda conseguir en un día y menos durante un reto. Antes del reto hicimos una serie de cinco entrenos largos, de los cuales dos nocturnos, en los que Frank Jensen y yo dimos soporte a Alexandra como si de un reto se trataran.
Es importante que exista una organización y una coordinación, para eso estaba Frank de jefe de equipo que era quien pautaba las comidas e isotónicos. Sin embargo, las decisiones las hablábamos antes y cuando estábamos de acuerdo las proponíamos a Alex. Uno de los problemas, y ya sabíamos que nos encontraríamos con él por la experiencia de otros retos, era el de la distancia marcada en los mapas. Siempre es mucho más corta que la realidad, por un lado porque hay subidas y bajadas, en ocasiones equivocas el camino y haces más metros de los necesarios o bien porque la información es errónea. En esta ocasión había más de 10 km de diferencia y Alex me pidió buscar una ruta alternativa que ahorráramos km tal y como el desafío y el horario era para 315 km. La única opción era seguir por una autovía. Lo hablamos con Frank y decidimos proponérselo a Alex ya que nos parecía la mejor opción. La que teníamos originalmente nos obligaba a tener que cambiar de carretera varias veces y cruzar varias ciudades. Esto significaba que teníamos hasta 26 ocasiones de perdernos. Tomamos la decisión de seguir por la autovía y fue un acierto.
Para el equipo el reto también reviste dureza. En nuestro caso estuvimos 63 horas sin dormir, igual que Alexandra. Entre Frank y yo cubrimos las 50 horas en bicicleta. Mis manos se agrietaron y llagaron, no hablemos del dolor en la entrepierna después de 16 horas seguidas de bicicleta en mallas de atletismo o de que el viernes mi alimentación consistió en una pasta de desayuno, un trozo pequeño de pan, algunas galletas y una plata variada de pasta que devoré con fruición a la noche cuando Frank tomó el relevo. El frío de la noche fue lo que peor llevé. Lo más sorprendente es que no fui consciente de que no me estaba alimentando en ningún momento hasta que encontré el plato de pasta. Había que estar demasiado pendiente y concentrado en el reto como para darse cuenta de los demás.
Me impresionó mi compañero inglés, Mark Elling. Un auténtico gentleman. Condujo durante más de 50 horas. Pasó dos noches sentado dentro de una auténtica nevera. Su trabajo fue realmente importante. No creo que ni Frank ni yo hubiéramos sido capaces de tener la concentración suficiente para conducir como los ingleses y además estar por Alexandra.
Pero todo reto tiene su recompensa. Ver un estadio de fútbol con 27.000 personas ovacionando a Alexandra en su entrada fue un verdadero regalo. Después en el boardroom nos llegaron las felicitaciones. La gente saludaba y felicitaba a Alexandra pero también al equipo. En realidad nosotros le dimos soporte, confianza, ánimos y seguridad, pero estoy seguro que ella lo hubiera realizado con o sin equipo.
Ahora quedan un montón de recuerdos, la sensación de haber vivido una experiencia única y haber contribuido al éxito de un reto. Pero de todo el reto me quedo con dos cosas. La sencillez y el trato excelente que recibimos de Chris Mould y su esposa Angela, nuestros anfitriones en UK y, una vez más, de la manera de ser de Alexandra Panayotou. De su humanidad, pero también de su grandeza como deportista. Pasando por St. Albans, en una empinada calle muy transitada, bajé de la bicicleta y me puse a correr a su lado. Me costó mucho trabajo seguirla. Ella llevaba unos 155 km en sus piernas. Por otro lado la fortaleza mental. Después de la primera noche tuvo una lucha constante contra sí misma para poder mantener el ritmo y hubo momentos muy, muy duros de cansancio y sueño.
Un orgullo haber podido estar ayudándote en este reto y sobre todo de teneros a Frank y a ti de amigos.
No hace falta ni una palabra mia, exepte de decir gracias amigo nuestro por lo que has escrito, por tu apoyo en el equipo y por tu amistad.
¡A Kilometrar!