Hoy Siscu y yo tuvimos la gran alegría de tener una visita de Oz. Vino por la mañana para tomar un café y para kilometrar después. Siscu por culpa de demasiado trabajo no pudo kilometrar, así que después de desayunar y charlar un buen rato juntos, Oz y yo le dejamos y salimos para nuestros 15 kilometros de entreno.

Salimos charlando y kilometrando, y seguimos chalando sin interrupción, hasta que nos dimos cuenta de que habíamos hecho la ida y la vuelta, y habíamos llegado de nuevo a Can Kilometrar. “Donde han ido los kms?” Nos preguntamos…no nos dimos cuenta, ni el, ni yo, de ninguno de los 15. “Hemos kilometrado 15 kms invisibles” dije yo a Siscu, cuando entramos en casa. Y todo eso a pesar de que ayer corrí yo 35kms…

Pues es así – cuando uno tiene el lujo de compartir kilómetros con un amigo de verdad, pasan tan fáciles que casi no les notas, ni en las piernas, ni en la cabeza.

¡A Kilometrar!