Después de un viaje de 4 días, anoche llegamos a casa de mi madre en el norte de Atenas. Tuvimos un buen viaje hasta Ancona, con parada en Arrenzano donde pasamos una tarde y noche (excusa para disfrutar de la pizza y la Riviera Italiana). Llegando a Ancona para coger el ferry hacia Grecia, dimos cuenta que el hotel no nos había devuelta nuestros pasaportes y tampoco habíamos dado cuenta nosotros…resulta: una noche mas en Italia para explorar a Ancona, comer una pizza mas y para dar tiempo al hotel de mandarnos los pasaportes. Todo salió bien, y el sábado cogimos el ferry. Otra aventura fue durante las 25 horas del viaje (entre entrar con el coche, 21 horas del viaje misma y la hora para salir del barco): como convencer a Vito y Sheela para ir al lavabo en la cubierta (aunque ahora dejan perros en algunos de las cabinas, no hay ningún sitio para sus necesidades). Vueltas eternas pasamos resbalando todos con la lluvia y el viento fuertísimo…resulta: Después de 20 horas y  intentos numerosos convencimos a Vito para marcar su territorio, y Sheela – nada. Nada en 25 horas hasta que salimos del barco! Llegamos anoche a casa de mi madre, todos contentísimos y celebrando la abundancia de lavabos para humanos y perros!

Es la primera vez que Vito ha vuelta en 7 años y medio – y parece que no ha olvidado ni una cosa – esta encantadísimo, Sheela también con su primera visita a Grecia. No ha dejado de llover desde cuando llegamos a Ancona, parece que nos siguió. Pero bajo de esta lluvia torrencial estamos todos mas que contentos. Ahora en Can Mami, la chimenea encendida, Sheela delante, Vito a un lado mío, Siscu al otro lado y la Mami en la cocina preparando una cena vegetariana estupenda, puedo decir que estoy cansada del viaje pero llena de alegría buena!

¡A Kilometrar!

6 comentarios para “Bajo la lluvia torrencial”