Archivo de 06/02/2013
Y solo para disfrutar…salir para kilometrar 80 y algo km a las 03:00
Esta mañana Siscu y yo salimos para trotar unos pocos 8 km – sol, frÃo y alegrÃa! Hicimos pocos porque esta noche saldré con Oz y Jordi para trotar unos muchos 80 y algo km – oscuridad, frÃo y sin duda alegrÃa! Ufff… la verdad es que no tengo muchas ganas ahora mismo de hacer este entreno, a parte del placer de compartir otra aventura con nuestros amigos, pero ya que los chicos quieren hacer un entreno muy largo, y ya que estoy muy bien, con un fondo genial después de AlmerÃa, pues dije si. Lo vamos a hacer muy lento, andando en las subidas – asà que no será ni cerca de lo fuerte que fue el reto de AlmerÃa. Largo será – unos 14-16 horas de kilometraje y eso contando que no vamos a perder el camino, ya que que es nuevo para nosotros…
Pero promete ser una aventura genial – nuevo camino hasta Vic – y se que una vez que hemos salido con los frontales y con las mochilas llenas de aguan y bocatas, me animaré y disfrutaré de la experiencia. Pero ahora desde mi despacho – uffffffff!
Vito y Sheela me están llamando ahora para acompañarles en su paseo junto con nuestros vecinos Visi y Santi, y después toca preparar la cena para nosotros y Oz y Jordi que vienen para que les alimentamos. Ellos dormirán aquà en Can Kilometrar las pocas horas antes que suena el despertador a las 02:00…
A kilometrar!
Renovada
Ya ha pasado una semana y media desde nuestro reto en AlmerÃa y todavÃa Siscu y yo estamos recordando y reviviendo todas nuestras experiencias allÃ, tanto las del reto como todos los momentos estupendos con nuestros amigos allÃ.
La semana pasada estaba bastante agotada pero ya estoy renovada y con las pilas recargadas. Fisicamente estoy completamente recargada – me siento completamente renovada! Hoy he disfrutado de un entreno genial por las colinas cerca de Can Kilometrar con nuestro vecino Sergi – que lujo tener vecinos kilometradores!
¡A Kilometrar!
Crónica de la celebración de la solidaridad, humanidad y amistad…
Todos ya sabéis que este año me estoy tomando un año sabático. Después de cinco años consiguiendo todos mis retos solitarios y solidarios, uno mas fuerte que el otro, sin ninguna lesión y sin abandonar ninguno, sabÃa que era importante hacer un buen descanso. No soy adicta a correr – claro que me ha cambiado la vida y me ha enseñado mi camino, pero para mi lo primero es mi salud, mi familia, mis amigos y mi trabajo. Era importante centrarme este año para acabar mi segundo libro, escribir el siguiente, y tener mas tiempo para mis charlas y programas deportivos, ejecutivos y personales – ya que ellos son el resultado de mi carrera como ultrafondista, y ayudan no solo a mi, pero a los demás también.
Eso dicho, estoy contenta y agradecida que Jose me propuse romper el descanso para correr esos 82 km solidarios. Claro que lo hablé primera con Siscu, ya que este año es un año para nosotros dos también. Pero ya sabÃa que iba a decir Siscu si!
Asà que me comprometà para prepararme para este reto “Corriendo en busca de un mundo mejor†– 82 km uniendo 19 pueblos de la región de AlmerÃa. Se habÃa organizado una competición de redacciones y de arte con los niños de los pueblos y ellos mismos estaban invitados a ayudar a recaudar fondos. El objetivo del reto no era solo recaudar fondos para la Fundación Jesús Peregrin para el comedor de los huérfanos de la guerra en la Costa de Marfil, sino también para ayudar a la concienciación de los niños hacia la solidaridad.
Nosotros conocimos a Jose por Internet – me ha apoyado desde lejos en todos mis retos – y después nos vimos en Barcelona varias veces. Hace años que le consideramos un amigo, y estaba bastante relajada previo del reto porque esperaba que él iba a tener todo bien organizado. Pero la verdad es que no sabÃa a que me iba a enfrentar – nunca lo sabes en el ultrafondo, y menos aún en retos solitarios.
Cuando corres con otros, siempre te puedes enganchar a otro corredor – todos están sufriendo y eso ayuda de alguna manera. Pero cuando estas tu sola corriendo, cuando llegan momentos muy duros o cuando llegan los problemas u obstáculos – que a veces no tienen nada que ver contigo misma – entonces la lucha es muy solitaria. En mis retos he tenido todo tipo de problemas y he tenido que sufrir hasta el alma, agotada, desesperada, con miedo y casi sin conciencia – y eso a veces cuando menos lo esperaba. Asà que aunque este reto iba a ser mucho mas corto de lo que he corrido en una tirada, lo respetaba, sabiendo que iba a tener que mantener un ritmo constante y fuerte entre pueblo y pueblo para poder asegurar el “timing†correcto con los pueblos y con la llegada programada en AlmerÃa. En una carrera normal corres lo mas rápido posible, pero en este reto tenÃa 19 llegadas programadas – cada una regalando y firmando camisetas para los ganadores del concurso, recibiendo el dinero recaudado, haciendo fotos etc. con los niños. Parece poco, pero cuando vas acumulando cansancio cada parada cuesta en el momento que tienes que arrancar de nuevo.
No sabÃa que esperar en este reto – lo que no esperaba era un reto que me iba a enriquecer tanto la vida. Si que esperaba gente alegre y animada, pero nada comparado con lo que encontré allà en los 82 kilómetros y 19 pueblos entre Ohanes y AlmerÃa. Primeramente la ruta, que Jose, Bienvenido Fernández y el equipo habÃa diseñado, era preciosa. Los pueblos un encanto – me sorprendà lo bien cuidados que están, y lo limpios – de los mas pobres a los más ricos. El paisaje fue mágico – difÃcil de describir – tan singular que es. Esta entre una imagen lunar, desértica y montañosa pero con mucho verde. Los almendros estaban todos en flor y desde la mañana el olor de las flores me acompañó. La variedad de la vegetación era impresionante – en una sola curva encontramos bambú de mas de 6 metros, un almendro todo en flor, unos cactus también en flor y en el centro un naranjo lleno de naranjas – todo un cuadro de colores!
No sabÃa nada de esto cuando a las 08:30 llegamos a Ohanes para la salida. Encontramos a todos los niños del pueblo aguantando el frÃo con una alegrÃa fenomenal – casi no habÃan dormido la noche anterior tan ilusionados estaban. No hubiera podido pedir una salida mas motivadora. Los niños me acompañaron hasta salir del pueblo y me dejaron chillando y riendo – sus voces iban llevándome en los primeros kilómetros que eran todos de subida.
Pues asà empecé y asà seguà durante la primera mitad – o mejor dicho, asà iba flotando – estaba tan animada. Durante todo el reto no anduve ni un paso, ni cuando tenÃa que correr, y eso no me ha pasado en ningún reto.
Frank me acompañaba en bici, igual que Paco Castillo de la Fundación. Detrás estaba Jose y su pareja Almu en una furgoneta y siempre cerca estaba la guardia civil y la policÃa local – otra sorpresa enorme tener escolta policial durante 82 kilómetros! Bienvenido y su mujer Emy iban en otro coche adelantándose para llegar a los pueblos para preparar las llegadas con los ayuntamientos y las escuelas. Diego de la fundación me esperaba a la entrada de cada pueblo haciendo fotos y animándome. Fue un encanto de equipo – tan eficiente, tan profesional, tan alegre y con tanto corazón – ¿como no iba a volar?
Aunque no habÃa hecho entrenamientos como en los últimos años ya que estaba de año sabático, si que habÃa hecho los entrenos adecuados para afrontar solo 80 kilómetros, no mas y sabÃa que me iba a costar – pero no me esperaba encontrar en tan buena forma fÃsica.
Los pueblos de la primera mitad son preciosos – y las recepciones fueron todos cálidos y alegres. En algunos de los pueblos no tenÃan escuelas, asà que nos esperaban los alcaldes y concejales. Pero niños o no, todos los ayuntamientos apoyaron a la causa – encontramos solidaridad en abundancia. En los pueblos donde tenÃan escuelas los niños me daban la bienvenida – en unos pueblos solo tenÃan unos cuatro o cinco niños y en otros nos esperaban una manada. Pero lo que unÃan a todos los pueblos, a todos los niños y adultos y a todos nosotros era la solidaridad, la ilusión, el optimismo y la humanidad. En cada pueblo encontré sorpresas en forma de joyas humanas.
En muchos de los pueblos habÃan hecho pancartas con los dibujos ganadores – en Canjáyar acompañé a la manada de niños encantadores kilometrando en dos vueltas de su pista de deporte, y en Alhama tenÃan una Ceremonia de Paz preparada donde tenÃa que soltar una paloma, el sÃmbolo de la paz – toda una sorpresa cada pueblo y cada sonrisa que encontraba.
EstarÃa aquà escribiendo toda la semana si tenÃa que describir paso por paso, pueblo por pueblo y corazón por corazón que encontramos durante esos 82 km – ya vendrá el momento en alguno de mis libros, pero hoy, no por desapreciar el apoyo, sino por demasiados recuerdos para un blog me centraré en una descripción holÃstica del dÃa.
Corrà ligera y constante, no me importaba los cambios de desniveles que encontraba, ni siquiera en la subida mas fuerte hacÃa Alhama, llamada “la imposible†–que subà contenta y charlando con Jose (que por fin habÃa salido de su coche) sin cambiar mi ritmo. Tampoco el mal tiempo me afectó – los tres o cuatro horas de lluvia ligera me parecÃa hasta un placer.
Todo esto mientras iba controlando el paso para asegurar no adelantar demasiado y sobre todo no retrasarme demasiado. Eso es siempre un estrés en este tipo de retos, porque nunca sabes cuando empezarás a notar el cansancio y nunca sabes que obstáculos te esperarán por el camino.
El cansancio fuerte empecé a notarlo a partir de Gádor (otra llegada muy cálidida!) a unos 32 kilómetros de AlmerÃa – el ritmo junto con la energÃa que daba en los pueblos me estaba pesando y sabÃa que todavÃa me esperaban unas cuatro o cinco paradas mas antes de entrar en AlmerÃa. Desde allà tenÃa que luchar para mantener el ritmo constante y mantener mi energÃa para poder dar alegrÃa y positividad en cada pueblo.
Pero durante todo el dÃa iba muy bien arropada – a parte del equipo y la policÃa, habÃa salido un ciclista Antonio Casimiro, profesor en la universidad y escritor que habÃa asistido a la charla la noche anterior, para compartir unos cuantos kilómetros.
En Gádor se junto otro Jose, con dos jóvenes, Emilio y Alex, que en principio iban a acompañarme hasta dos pueblos mas allá… pero como suele pasar cuando se juntan otros corredores a mis retos, se animaron tanto que decidieron acompañarme hasta AlmerÃa!
AsÃ, aunque con cada paso que daba, mas cansancio notaba, mas energÃa me daban los demás.
En Rioja, Benahadux, Pechina y Viator se juntaron muchos niños para correr unos kilómetros a mi lado, y las llegadas mismas siempre me daban mucha energÃa con sus pancartas, entusiasmo, abrazos y solidaridad para la causa.
Dejando al último pueblo, Huercal con Jose y Almu ahora kilometrando a mi lado y con todo esta energÃa positiva conseguà no bajar mi ritmo.
Y cuando llegué a la última subida entrando en AlmerÃa, donde decidà empezar a aumentar mi velocidad ya que querÃa dar mi mejor esfuerzo en ese desafÃo – conseguir no solo el reto sino mi excelencia personal es importante para mi.
Cada pueblo habÃa sido un encanto, cada cara una luz, y cada detalle un regalo para mi. y entrando en AlmerÃa fue aún mejor cuando se juntaron un gran grupo de corredores – Antonio con su perro Ron, la atleta campeona Emilia Paunica y muchos de sus atletas – me llevaron cantando y casi bailando los siguientes 5-6 km hasta el paseo marÃtimo donde me esperaba Juanjo Castillo el concejal de deportes junto con un grupo mas grande aun.
Que alegrÃa, que lujo ver tantas de las camisetas solidarias allà esperando con la poca luz del crepúsculo – el cansancio era una sombra lejana – allà kilometrando por el paseo marÃtimo con mas de cien personas – ¿como podÃa centrarme en el cansancio con este recibimiento?
La llegada delante de Ego Sport fue mas que emocionante – todos celebramos allà la solidaridad, el deporte, el compañerismo, la humanidad, y la amistad.
Estaba inundada durante mas de una hora por niños, adultos, algún cuadrúpedo – haciendo fotos, firmando camisetas solidarios y algunas normales (la cantidad de camisetas, mallas, chaquetas y pantalones que firmé es increÃble – espero solo que los padres de esos niños no se enfadaron – tan ilusionados que eran los niños!) firmando libros y charlando con la gente, intercambiando ilusión y alegrÃa.
Fue una llegada luminoso a pesar de la oscuridad de la noche – todos estábamos celebrando, no solo un desafÃo conseguido juntos, pero una experiencia común de lo bueno que podemos crear si queremos y si nos juntamos.
La verdad es que este reto nos ha sorprendido por muchas razones. Primero porque no encontramos ningún obstáculo a parte del cansancio – y eso para mi no es un obstáculo ya que es una condición del ultrafondo, esta dado por hecho cuando siempre doy mi mejor esfuerzo. Pero no tuvimos ningún problema – todo estaba organizado perfectamente. Pero a parte de esto, el equipo no podÃa ser mejor, la ruta y los pueblos un encanto, y toda la gente unas joyas. ¿Un reto sin obstáculos y en el cual todo es positivo? Pues si. Hasta los kilómetros estaban perfectamente medidos y la descripción de la ruta con los desniveles exactos también. Nunca me ha pasado en un desafÃo solidario que todo fluyera asÃ. Iba preparada para afrontar el cansancio y un montón mas de cosas que me iban a fastidiar, pero encontré todo positivo. La verdad es que lo pasé fenomenal – no pensé que iba a decir esto de un reto – pero si, hasta disfruté del cansancio – ya que sabÃa que cada paso era para una causa tan buena y que con cada paso iba encontrando mas joyas humanos.
Porque al final del dÃa eso es lo que me enriquece mas – no las llegadas estupendas y los premios (aunque eso es bonito también) – sino el hecho de que estoy luchando por mi carrera deportiva, y a la vez estoy ayudando a los demás. Y como regalo final, estoy compartiendo todo esto con otros – desde Frank y el equipo hasta el niño mas pequeño que ha corrido a mi lado. Mis 82 kilómetros corriendo en busca de un mundo mejor ha sido el mejor reto que he hecho en tema de joyas humanas – ¡que lujo y que riqueza nos puede aportar el deporte y la solidaridad…
¡A Kilometrar y Be Excellent!